Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://marvinulpq133706.blogsvila.com/38829428/cómo-reaccionaron-los-jugadores-al-cabezazo-de-zidane